Un matemático invierte en la bolsa. John Allen Paulos. Tusquets. 2005 ISBN: 483109700. Español. Título Original (inglés): A Mathematician Plays the Stock Market. 256 páginas.
Este libro de John Allen Paulos describe exactamente lo que dice su título: una aventura personal de uno de los matemáticos más conocidos de nuestro tiempo, excelente divulgador con libros como El Hombre Anumérico o Un matemático lee el periódico. Paulos invirtió en bolsa, como tanta otra gente, un montón de dinero durante el boomde las puntocom de finales de los 90 y cuando llega el crash de 2000 pierde hasta la camisa. Puso un montón de dinero en acciones de WorldCom, cuyo escándalo financiero y posterior quiebra fue una de las más sonadas de 2001.
En ese repaso a su experiencia personal, Paulos recorre todos los tecnicismos de los mercados, desde el punto de vista matemático: cómo funcionan los mercados, cuáles son los efectos de los «conocimientos compartidos» entre los «jugadores», el comportamiento de las finanzas desde el punto de vista de algunas manías psicológicas, el efecto de los rumores sobre los mercados, algunos «timos» bien conocidos (unos teóricos, otros reales) y muchos detalles más. Después entra de lleno en las fórmulas que se emplean para analizar el mercado: el análisis fundamental y el análisis técnico, así como algunas de las estrategias técnicas más conocidas. Tras explicar que muchos de estos sistemas (como el análisis técnico, las «ondas de Elliot» y similares) son sólo comparables en eficacia a las predicciones astrológicas, hace un respaso al azar como factor del mercado, a la teoría de los «mercados eficientes», los esquemas de Ponzi, los «descuentos del futuro» y todo tipo de factores adicionales, desgranando qué tienen de verdad matemática y qué no. También dedica un capítulo a explicar cómo funcionan y por qué son especialmente peligrosas las opciones sobre acciones (con las que él también «invirtió»), y describe matemáticamente los conceptos de riesgo y volatilidad, y también la necesidad de diversificar en la cartera personal. El final del libro lo dedica al estudio del comportamiento de los mercados como sistemas caóticos, a algunos temas sobre complejidad y a ciertas paradojas inherentes de la bolsa.
Nada de esto le sirvió para no perder su dinero.
Ni nada de lo que cuenta servirá para que nadie gane dinero.
Lo único que queda claro tras la lectura del libro son los consejos tradicionales para quienes quieren invertir/jugar en bolsa: no invertir dinero que no tienes, invertir sólo lo que te sobre, diversificar la cartera, tener mucho cuidado con el riesgo que se asume y poner un límite a las pérdidas. Leerlo de mano de un matemático ilustre que ha caído en todos esos errores no deja de ser un tanto irónico, sobre todo porque esas reglas se conocen desde hace mucho tiempo.
Algunas de las cosas que cuenta son ciertamente muy propias del mercado estadounidense, en general las historias son aplicables a cualquier otro, además de que en el actual mundo globalizado eso ya tiene poca importancia. Una de las conclusiones más curiosas que propone es que aunque los mercados estuvieran en cierto modo «amañados» por los banqueros o los grandes brokers (por ejemplo, mediante el manejo de información privilegiada, movimientos oportunistas, etc.) para los «jugadores» externos, sin más información, ese dato sería irrelevante. Igual que lo es saber que un dado o una moneda están amañados antes de apostar por un número, si simplemente sabes que están amañados pero no sabes en qué sentido están amañados. (Ejercicio: pensarlo un poco y demostrar por qué.) En el libro propone que esta curiosa situación puede ser la realidad subyacente de los mercados, si no siempre, si al menos en ciertas ocasiones, además de una complejidad intrínseca que probablemente anula cualquier tipo de análisis que pudiera ser capaz de «predecir el futuro» de los diversos valores concretos.
El libro me resultó muy interesante de leer aunque tiene ya un par de años y no lo había descubierto hasta ahora. Toca un montón de temas de los que por aquí he hablado alguna vez, aunque lo hace tal vez de forma demasiado breve. Pero siempre resulta interesante ver esos asuntos mencionados para comparar puntos de vista, dado que Paulos los trata de forma muy amena. Se mencionan por ejemplo la Ley de Benford, el libro de Nassim Taleb Fooled by Randomness como uno de los pocos libros sobre la materia en cierto modo «fiables», lo variable que son los conceptos de inversiones, azar y felicidad y hay alguna referencia a la forma en que se genera el caos en el mercado, en referencia a A New Kind of Science de Stephen Wolfram, como conclusión.
Tal vez, como dice la cubierta, sea un libro «de lectura obligatoria para quien quiera operar en bolsa», aunque más bien diría que lo debería ser para cualquiera que quiera entender cómo funcionan matemáticamente muchos de los conceptos que envuelven a la bolsa.
En los 90, uno de mis anuncios publicitarios favoritos de la revista Wired era aquel de e*Trade, uno de los más populares servicios de bolsa online del boom, que mostraba a un señor en gabardina sentado en el metro, con un texto que decía algo así como:
Este señor trabaja en tu banco.
Ahora bien… Si es tan buen broker,
¿por qué va al trabajo en metro?
Exactamente igual que la frase de Paulos que abre esta reseña.
Ahora bien… Si es tan buen broker,
¿por qué va al trabajo en metro?
Un matemático invierte en la bolsa de John Allen Paulos
Título: Un matemático invierte en la bolsa
Editorial: Tusquets Editores
Precio aprox 18 euros. 257 páginas
Voy a empezar por lo malo. Este es un blog dirigido al inversor particular pero el libro de esta semana no es demasiado útil para el inversor particular (vaya contradicción).
Para sacarle provecho el lector ya tiene que saber de que le hablan cuando se trata el análisis fundamental, el análisis técnico, la reversión a la media, la volatilidad, la beta. Parte de la base de que el lector ya conoce todo eso. Es un libro dirigido a asesores financieros profesionales e inversores muy seniors.
Dicho lo anterior es un libro fantástico producto del cabreo de un matemático que invirtió en WorldCom por puro instinto y perdió la camisa. Imaginese a un matématico analizando las Ondas de Elliot o los retrocesos de Fibonacci, el cachondeo es importante.
No obstante llega a algunas conclusiones interesantes:
1/La inversión en valor funciona mejor que inversión en crecimiento. Lo atribuye a la reversión a la media. Compra valores con un P/E bajo y en promedio funciona mejor que otros estilo de inversión.
2/ El análisis técnico es un bluff… si bien reconoce que es como el chiste de la señora que va al médico porque su marido lleva años creyéndose que es una gallina y cuando el médico le pregunta “¿por qué no vino antes?” la señora responde “porque necesitabamos los huevos”. Es un bluff (desde un punto de vista matemático) pero como es el que mejor refleja el comportamiento humano tiene aspectos que funcionan mucho mejor que las teorias más elaboradas como la del mercado eficiente.
3/ Si hubiese hecho caso al vigilante de seguridad que le dijo que por técnico habia alarmas (una triste rotura de media movil) para salir corriendo de WorldCom se hubiese ahorrado un montón de dinero. Lo que hizo nuestro matemático fue seguir la teoria de la “confirmación sesgada”: solo le interesaban las buenas noticias, los buenos enfoques y los análisis favorables. Acabamos buscando cosas que refuerzan nuestras ideas y eviatamos quienes las cuestionan (no vaya a ser que tengan razón y nuestro ego sufra).
Magnifica lectura si tiene un nivel alto en finanzas, sino mejor abstenerse.
Era callado y tímido de niño, poco popular entre las chicas de adolescente y peculiar como universitario, pero en mates siempre fue bueno, muy bueno. Y eso que el profesor resultaba un verdadero ogro. Un día le discutió unas estadísticas de béisbol y este lo humilló en clase. Al cabo de unos meses regresó con un periódico bajo el brazo demostrándole que estaba en lo correcto y el maestro, lejos de reconocer el error y felicitar al alumno, lo riñó de nuevo y le ordenó sentar y callar. Pero John Allen Paulos (Denver, Colorado, 1945) regresó a su pupitre mucho más tranquilo ese día, con una sonrisa de satisfacción. “Recuerdo que entonces vi las matemáticas como una especie de protector omnipotente. Yo era pequeño y callado, y él era grande y gritón, pero yo tenía razón y podía demostrárselo”, recuerda en sus memorias el hoy también profesor Allen Paulos.
Tabla de salvación, ancla a la realidad, las matemáticas han sido todo o casi todo para el tipo ahora sentado en su butaca de Filadelfia, en una casa luminosa y sobria, en la que cuelga una pintura de La Pedrera de Barcelona. Al fin y al cabo, fueron las matemáticas las que le descubrieron que Papa Noel, Santa Claus, no podía existir. ¿Un solo hombre con regalos para tantos niños? El profesor de la Universidad de Temple, matemático premiado, gran divulgador científico y autor de El hombre anumérico o Un matemático invierte en Bolsa, hace repaso a su viday a las matemáticas en un libro que, cómo no, se llama La vida es matemática(Tusquets). Es fácil imaginarse a aquel niño en el escritor delgado y de pelo encrespado que ahora habla veloz, atropellado y con los ojos abiertos de par en par sobre lo torpe que puede resultar a veces el pensamiento humano.
PREGUNTA. Ha pasado buena parte de su vida intentando explicar al mundo que las matemáticas (como dice aquella canción de amor) están en todas partes. ¿Ha visto algún progreso en estos años?
RESPUESTA. Es difícil hacer un pronunciamiento universal. Lo importante es tener claro que las matemáticas son algo más que la computación, los cálculos. Las fórmulas o las ecuaciones son a las matemáticas lo que la mecanografía a la escritura. Nadie dice: “Eres bueno mecanografiando, deberías escribir una novela”. Esa es una visión miope de las matemáticas, por eso la gente cree que son aburridas. Es como estudiar la gramática, si te quedas ahí, no valorarás la literatura española.
P. Algunas personas, al menos en España, se vanaglorian de no saber nada “de números”.
R. Lo sé… Y a nadie se le ocurre decir: “No sé nada de Shakespeare”. En un sentido lo que dicen es correcto, dada la idea que tienen de lo que son las matemáticas, pero esa es solo una parte.
Dice Paulos que los avatares de una biografía, muchas de las emociones humanas, tienen en realidad una base matemática. “Conforme se hace mayor la gente empieza a cansarse de las cosas. Quizá es una analogía extraña, pero si tiras una moneda 1.000 veces, a lo mejor te sale cara 508 veces, y es un récord. Lo repites, y te sale cara 503 veces, luego 513… Ese es un récord nuevo. Varios intentos después logras 523 caras. Pero está claro que los récords serán cada vez más infrecuentes. Y eso es lo que ocurre cuando vas haciéndote mayor”.
Debemos asumir que una imagen siempre tendrá más fuerza que un número. Se vio con la foto del niño sirio muerto en la playa”
P. Usted mismo se ríe de la imagen de los matemáticos. ¿Son así de frikis?
R. La verdad es que creo que todo el mundo es friki. Hay dos clases de personas: las que son muy raras y esas a las que no conoces demasiado bien… Todos somos raros. ¿Sabe lo que es un matemático extravertido? Uno que mira a los pies de la persona con la que habla. El introvertido lo hace mirando a sus propios pies…
Paulos suelta una pequeña risotada. Con los años, es de los matemáticos capaces de mirar a los pies del otro cuando habla, de los extravertidos.
P. También traza una relación interesante entre las matemáticas y el humor.
R. Sí, porque tienen varias cosas en común, una de ellas la elegancia. Un chiste muy largo, que no está bien escrito, no resulta gracioso. Tanto en el humor como en las matemáticas o la geometría es mejor ser elocuente, conciso, breve y agudo, con sorpresas… Se trata de coger todas las piezas y juntarlas de una manera elocuente. En matemáticas es lo que llamamos los modelos no estándar. Los modelos catastróficos son una especie de chiste…
P. ¿Perdone…?
R. Los modelos matemáticos son en sí mismo un chiste: si pones en una web de citas las características de lo que te gusta en una persona y dices que quieres que sea inteligente, social, que lleve ropa elegante… Entonces ese portal de citas te manda un pingüino. Es un chiste. Por eso en matemáticas hay que hacer modelos catastróficos, para que no te salga un pingüino.
P. ¿Las matemáticas, para usted, son más un lenguaje o un método?
R. Son una forma de pensar, afrontar las cosas desde el punto de vista de ¿cuántas veces ha ocurrido algo? Por ejemplo, los asesinatos de policías en este país. La gente dice que es terrible, que es una conspiración… Pero en los setenta había más de dos veces más asesinatos de policías al año que ahora, y la población era mucho menor. La diferencia con entonces es que ahora lo tienes siempre en la televisión por cable, las cosas están mejor, pero hay un foco en los medios.
P. En España, por ejemplo, los crímenes de la violencia machista ganaron entidad en tanto que se empezaron a contar, a enumerar.
R. Cuando empiezas a contar algo, comienzas a saber y las cosas pueden mejorar.
¿Sabe lo que es un matemático extravertido? Uno que mira a los pies de la persona con la que habla. El introvertido lo hace mirando a sus propios pies…"
P. Pero si se dice que las cosas existen en tanto que se las nombra, en este caso sería que existen en tanto que se las contabiliza.
R. Es parecido, es la segunda parte, primero nombras algo, así lo conoces, y lo empiezas a contar.
P. Dice que el factor emocional pesa más que los números. ¿Debemos asumir que una imagen siempre tendrá más fuerza que un número, por grande que sea?
R. Sí, eso se ha visto con Siria. Había un problema de refugiados desde hace tiempo, pero la imagen de ese niño muerto echado en la playa ha hecho que todo el mundo lo sepa. Intelectualmente, todos conocían que decenas de miles de personas están muriendo, pero… Bueno, la gente no es racional del todo, y eso tampoco es malo. Lo extraño de las personas es parte de la vida.
P. Usted perdió mucho dinero invirtiendo en Bolsa. ¿Cómo pudo creer que la racionalidad, las matemáticas, le ayudarían en algo así?
R. Creo que si entiendes el mercado hasta donde es entendible… no puedes hacer nada. El mercado, en general, suele tender a subir con el tiempo y el único consejo, probablemente, es comprar una cesta de valores diversificada, así con el tiempo te irá bien. Trump dice que tiene una fortuna de unos 10.000 millones de dólares, aunque Forbes lo reduce a 3.000 millones. Ellos calcularon que si hubiese tomado la herencia que recibió de su padre en 1987 y la hubiese puesto en un índice de bonos de bajo coste, tendría ahora 30.000 millones de dólares. Solo se hubiese tenido que echar en la cama, peinarse y tener mucho más dinero, pero él siempre se retrata a sí mismo como un gran hombre de negocios.
P. ¿Cuánto perdió?
R. Unos 500.000 dólares, pero el libro que escribí al respecto fue bastante bien, me reportó 300.000, así que las pérdidas fueron de 200.000.
P. Cree que las biografías están llenas de mentiras. ¿La suya?
R. He intentado ser sincero, pero seguro que hay errores. Yo en general no me creo lo que dice la mayoría de la gente. Los aspectos factuales deben ser correctos, es decir, nacieron aquí, se graduaron allí… Pero las historias que cuentan… Por ejemplo, en un adulterio. ¿Lo cuenta el adúltero o el traicionado? ¿O el amante?
P. Hay herramientas para detectar esos “errores”.
R. Los psicólogos han estudiado que se tienen muchos más recuerdos de joven porque es cuando se establece la identidad, y los más recientes. En algunas biografías hay recuerdos que son muy frecuentes cuando no deberían serlo, por ejemplo recuerdos de los treinta o los cuarenta.
P. También se ha dicho de las matemáticas que no son una ciencia porque no tienen que hacer concesiones a la realidad.
R. No hay nada más básico que dos más dos son cuatro, pero si tomas dos vasos de agua y dos de azúcar no obtienes cuatro vasos de palomitas azucaradas. La gente se obceca en esas excepciones… Pero la mayoría de veces dos más dos sí suman cuatro.
Todo un alivio.
La vida es matemática. John Allen Paulos. Traducción de Dulcinea Otero-Piñeiro. Tusquets. Barcelona, 2015. 239 páginas. 18 euros.
https://elpais.com/cultura/2015/11/26/babelia/1448562080_794094.html
John Allen Paulos: "Las Matemáticas se usan a veces para confundir"
- El matemático y divulgador asegura que políticos y periodistas usan las cifras para camuflar el mensaje.
- Recuerda que las matemáticas sirven para pensar, no solo para hacer sumas y restas
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